En ocasiones las dudas invaden su inocente mente provocando que sus decididos pensamientos se distorsionen.

sábado, 4 de febrero de 2012

Nos quiero a nosotros.

- Soy una capullo, ¿vale? Sé bien que soy un auténtico capullo porque yo nunca me he preocupado por nadie, ni por nada, esa es la verdad. Y todo el mundo, más o menos, lo aceptaba. Y llegas tú, joder...tú. Tú no me veías de ese modo. Nunca había conocido a nadie que, de verdad, pensara que yo valía la pena, hasta que te conocí a ti. Y tú lograste que yo también me lo creyera. Así que, por desgracia, te necesito. Y tú me necesitas a mí.

+ No, yo no.
- Sí, tú sí. Necesitas a alguien que te cuide. Todo el mundo lo necesita.
+ Yo voy a necesitarte más que tú a mí.


- ¿Y qué?
+ ¡No es justo! ¡Eso no es justo! Quiero ir a tantos sitios...
- Y vas a ir, aunque quizá tenga que llevarte yo.

+ No puedo pedirte que hagas eso.
- No lo has hecho. Imaginemos que en algún universo alternativo hay una pareja como nosotros, ¿vale? Salvo que ella está sana y él es perfecto. Y todo su mundo gira en torno al dinero que van a gastarse en las vacaciones, o quién está ese día de mal humor, o si se sienten culpables por tener criada. Yo no quiero a esa pareja..


                                                                                                                                           (A.Y.O.T.)