Se tumbó frente al ordenador y de repente le apetecía escribir.
Lo que no me apetecía era cambiar todos los verbos. Me faltaban las ganas para contar la historia en tercera persona.
El verdadero SuperHeroe es aquel que le plantó cara a la vida, que calló mis veces y se levantó mil y una, aquel al que tacharon de diferente y lo único que se le ocurrió fue reirse de los demás porque eran todos iguales. Aquel que tenia miedo de enamorarse porque le daba vertigo estar a tres metros sobre el cielo, pero lo hizo. Al que le rompieron el corazón y dedicó las frias tardes de invierno a pegar los pedazos. Aquel que se atrevió a decirle te quiero, porque pensó que lo peor que le podia pasar era que se tuviera que inventar otro sueño.