En ocasiones las dudas invaden su inocente mente provocando que sus decididos pensamientos se distorsionen.

jueves, 18 de octubre de 2012

Aperitivos I


Cada tarde se observaban sin mirarse, desde lejos.
Ella se cepillaba el pelo mientras él daba de beber al caballo.

Luego, al caer el sol, se marchaban sin decirse nunca nada.

A él lo tomarían por loco si hablara de ella y a las sirenas les estaba prohibido hablar con humanos.

D.R.

martes, 28 de agosto de 2012

SuperHeroes.

Nos han hecho creer que el único que puede tener el privilegio de llamarse SuperHeroe es aquel que ha arriesgado su vida por miles de personas y que le ha plantado cara a la muerte más de una vez. Esa persona que ha surcado los cielos, que no a tenido miedo a los peligros, que ha luchado contra los más malos malísimos del mundo, que ha temido por su vida pero que le ha echado dos cojones y le ha plantado cara a los problemas, y no.

Esta es la mentira más grande que nos hayan podido contar. Ese no es el verdadero SuperHeroe.

El verdadero SuperHeroe es aquel que le plantó cara a la vida, que calló mis veces y se levantó mil y una, aquel al que tacharon de diferente y lo único que se le ocurrió fue reirse de los demás porque eran todos iguales. Aquel que tenia miedo de enamorarse porque le daba vertigo estar a tres metros sobre el cielo, pero lo hizo. Al que le rompieron el corazón y dedicó las frias tardes de invierno a pegar los pedazos. Aquel que se atrevió a decirle te quiero, porque pensó que lo peor que le podia pasar era que se tuviera que inventar otro sueño.

Aquel que salió un día con ganas de comerse el mundo y el mundo le comió a él, pero no tardó en pedirle la revancha y ganarle la guerra. Esa persona si que es digna de llamarse SuperHeroe.

sábado, 4 de febrero de 2012

Nos quiero a nosotros.

- Soy una capullo, ¿vale? Sé bien que soy un auténtico capullo porque yo nunca me he preocupado por nadie, ni por nada, esa es la verdad. Y todo el mundo, más o menos, lo aceptaba. Y llegas tú, joder...tú. Tú no me veías de ese modo. Nunca había conocido a nadie que, de verdad, pensara que yo valía la pena, hasta que te conocí a ti. Y tú lograste que yo también me lo creyera. Así que, por desgracia, te necesito. Y tú me necesitas a mí.

+ No, yo no.
- Sí, tú sí. Necesitas a alguien que te cuide. Todo el mundo lo necesita.
+ Yo voy a necesitarte más que tú a mí.


- ¿Y qué?
+ ¡No es justo! ¡Eso no es justo! Quiero ir a tantos sitios...
- Y vas a ir, aunque quizá tenga que llevarte yo.

+ No puedo pedirte que hagas eso.
- No lo has hecho. Imaginemos que en algún universo alternativo hay una pareja como nosotros, ¿vale? Salvo que ella está sana y él es perfecto. Y todo su mundo gira en torno al dinero que van a gastarse en las vacaciones, o quién está ese día de mal humor, o si se sienten culpables por tener criada. Yo no quiero a esa pareja..


                                                                                                                                           (A.Y.O.T.)

miércoles, 4 de enero de 2012

Usa protector solar.

Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud. No me hagas caso. Nunca entenderás la fuerza y belleza de tu juventud hasta que no se haya marchitado. Pero créeme, dentro de veinte años, cuando en fotos te veas a ti mismo comprenderás, de una forma que no puedes comprender ahora, cuántas posibilidades tenías ante ti y lo guapo que eras en realidad. No estás tan gordo como imaginas. No te preocupes por el futuro. O preocúpate sabiendo que preocuparse es tan efectivo como tratar de resolver una ecuación de álgebra masticando chicle. Lo que sí es cierto es que los problemas que realmente tienen importancia en la vida son aquellos que nunca pasaron por tu mente, de ésos que te sorprenden a las cuatro de la tarde de un martes cualquiera.

Todos los días haz algo a lo que temas. Canta. No juegues con los sentimientos de los demás. No toleres que la gente juegue con los tuyos. Relájate. No pierdas el tiempo sintiendo celos. A veces se gana y a veces se pierde. La competencia es larga y, al final, sólo compites contra ti mismo. Recuerda los elogios que recibas. Olvida los insultos (si consigues hacerlo, dime cómo). Guarda tus cartas de amor. Tira las cartas del banco. Estírate. No te sientas culpable si no sabes muy bien qué quieres de la vida. Las personas más interesantes que he conocido no sabían qué hacer con su vida cuando tenían veintidós años. Es más, algunas de las personas que conozco tampoco lo sabían a los cuarenta.

Toma mucho calcio. Cuida tus rodillas, sentirás la falta que te hacen cuando te fallen. Quizás te cases, quizás no. Quizás tengas hijos, quizás no. Quizás te divorcies a los cuarenta, quizás no. Quizás bailes el vals en tu setenta y cinco aniversario de bodas. Hagas lo que hagas no te enorgullezcas ni te critiques demasiado. Optarás por una cosa u otra, como todos los demás.

Disfruta de tu cuerpo. Aprovéchalo de todas las formas que puedas. No tengas miedo ni te preocupes por lo que piensen los demás porque es el mejor instrumento que jamás tendrás. Baila, aunque tengas que hacerlo en el salón de tu casa. Lee las instrucciones aunque no las sigas. No leas revistas de belleza pues para lo único que sirven es para hacerte sentir feo.

Aprende a entender a tus padres. Será tarde cuando ellos ya no estén. Llévate bien con tus hermanos. Son el mejor vínculo con tu pasado y, probablemente, serán los que te acompañen en el futuro. Entiende que los amigos vienen y se van pero hay un puñado de ellos que debes conservar con mucho cariño. Esfuérzate por no desvincularte de algunos lugares y costumbres porque, cuando pase el tiempo, más los necesitarás. Vive en una ciudad alguna vez pero múdate antes de que te endurezcas. Vive en un pueblo alguna vez pero múdate antes de que te ablandes.

Viaja. Acepta algunas verdades inevitables: los precios siempre subirán, los políticos siempre mentirán y tú también envejecerás. Y, cuando seas viejo, añorarás los tiempos en que eras joven: los precios eran razonables, los políticos eran honestos y los niños respetaban a los mayores. No esperes que nadie te mantenga pues tal vez recibas una herencia o, tal vez te cases con alguien rico pero, nunca sabrás cuánto durará. No te hagas demasiadas cosas en el pelo porque cuando tengas cuarenta años parecerá el de alguien de ochenta y cinco.

Sé cauto con los consejos que reciben y ten paciencia con quieres te los dan. Los consejos son una forma de nostalgia. Dar consejos es una forma de sacar el pasado del cubo de la basura, limpiarlo, ocultar las partes feas y reciclarlo dándole más valor del que tiene.
Pero hazme caso en lo del protector solar.