En ocasiones las dudas invaden su inocente mente provocando que sus decididos pensamientos se distorsionen.

jueves, 18 de octubre de 2012

Aperitivos I


Cada tarde se observaban sin mirarse, desde lejos.
Ella se cepillaba el pelo mientras él daba de beber al caballo.

Luego, al caer el sol, se marchaban sin decirse nunca nada.

A él lo tomarían por loco si hablara de ella y a las sirenas les estaba prohibido hablar con humanos.

D.R.

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