En ocasiones las dudas invaden su inocente mente provocando que sus decididos pensamientos se distorsionen.

jueves, 25 de agosto de 2011

¿Olvidados o simplemente...? (2)


Por suerte, sus fotografías de Londres le abrieron varias puertas y pudo colocarse en una agencia de modelos. Estaba orgullosa de haber fotografiado a Michelle Jenner para la nueva colección de una marca de zapatos, ya que fue por lo que le habían propuesto asistir a una convención de fotógrafos en Ibiza.
Aparentemente su vida no podía ir mejor. Pero las palabras de Carmen resonaban una y otra vez en su cabeza.
Noa se la encontró en La Gran Vía. Iba con sus amigas de camino a la nueva discoteca cuando un grupo chicos empezaron a molestarla.Cuando empezaron a golpearla, Noa decidió acudir en su ayuda sin pensárselo dos veces, dejando atrás a las que fueron sus amigas, pues estas eran demasiado orgullosas y la excluyeron por rebajarse a la altura de una pobretona sucia.
Cuando el grupo de niños, del cual ninguno sobrepasaría los diecisiete años se marchó, Carmen pudo agradecer, con cierta dificultad, la ayuda a la chica. Las dos empezaron a hablar cuando la mujer de ropas agujereadas confesó a Noa que no quería seguir viviendo. Carmen le contó toda su historia. La historia en la cual escapó de su familia, mató a su marido, abandonó a su hijo y perdió la alegría de vivir.

Noa se quedó sin palabras, incluso unos segundos sin aliento. Intentaba buscar unas palabras de ánimo, o al menos la reacción de su brazo para darle la mano y apretársela con fuerza a aquella mujer para que sintiera un gesto de cariño. Finalmente Noa consiguió articular palabras y contó que ella también se alejó de su familia pero al menos era feliz.

“Tal vez en el dinero encuentres un poco de felicidad, en las amistades encuentres alegrí­as, en las medicinas la cura para tu enfermedad, pero el amor y la paz solo lo encontraras en tu familia. Ella es el regalo más valioso y hermoso que puedes llegar a poseer, no la rompas ni la olvides”.
Carmen lo consiguió, hizo que en la memoria de Noa renacieran todos los buenos momentos que pasó junto a su familia y se dio cuenta de que, en el fondo, sus padres siempre hicieron todo lo posible para que fuese feliz, para que no le faltase de nada mientras que ella no daba signos de cariño ni palabras de agradecimiento.

El sol empezó a colarse a través de las cortinas para iluminar de un tono anaranjado todo el salón. Miró por la ventana, dos pequeños pajarillos estaban posados en la maceta de las petunias. Estaba decidido. Cerró el cuaderno y se levantó decidida hacia el teléfono.
Puso la mano sobre él. Respiró hondo.
-¿Sí dígame?
-Hola mamá, soy Noa...

La cartera, el móvil y la sudadera roja. Un nuevo mensaje en la bandeja de entrada. Estaba a punto de salir pero lo abrió:

“Ya me lo a contado todo mamá, estoy deseando verte. Papá y Eric se enfadaron mucho cuando te fuiste, pero yo se que te echan mucho de menos. Se llevarán una gran sorpresa cuando te vean y seguro que te abrazaran muy muy fuerte. ¿Sabes qué? Todas las noches recé para que estuvieras bien y fueses feliz, cuando llegues yo también lo seré porque mi gran hermana estará de nuevo en casa y así podrás ayudarme a ganar un partido de baloncesto a Eric. Te he echado mucho de menos, espero que volvamos a ser una buena familia de nuevo. Por cierto la abuela ya te está haciendo una chaqueta de ganchillo para cuando vuelvas aunque no creo que vallas a pasar mucho frío aquí. Nos vemos pronto. Te Quiere, Clara”

Era de su preciosa hermana pequeña. Sonrió y no pudo contener esa lágrima de alegría que recorrió su rosada mejilla. Noa cerró el portátil, cogió el bolso y se dirigió a la estación de tren.
-Un billete para Badajoz por favor.

1 comentario:

  1. Guau, me encanta esa entrada! Me has hecho reflexionar sobre mi propio comportamiento con mi familia...GRACIAS :)
    PD: te sigo!

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